jueves, 24 de febrero de 2011

Fragmento: la gente

-La gente está loca.
Gente… En ese momento caí en la cuenta de que nunca usamos la palabra “gente” para referirnos a nosotros mismos. Nosotros somos hombres, chicas, niños, señoras, chavales. Cuando estamos con más como nosotros (o diferentes, igual da) somos personas, somos un grupo, somos la familia tal, los residentes del barrio cual o los habitantes del municipio estoyaquello. Pero nunca somos gente. Gente son los demás. Esto nos lleva a explicar la gran división del mundo, a saber: yo y los demás. Los demás son gente. Y son un grupo relativamente homogéneo, al que concedemos el derecho al “relativamente” sólo porque está formado por subgrupos que sí son homogéneos por completo, pero un tanto distintos entre sí. Por ejemplo, los gitanos, los hombres, las mujeres, los curas, los chinos, los transexuales…

Me encantaría tirarme a una transexual. Que tuviera las tetas grandes y un asunto bien puesto ahí colgando. Pero que no hable, hay muchas transexuales que soy muy guapas pero que tienen voz de tío, eso me cortaría el rollo. Lo que yo quiero es una tía con nabo, no una mezcla caótica de caracteres masculinos y femeninos.

… las amas de casa, los de derechas, los gaditanos…

Podría hacer una lista ahora mismo de gaditanos que no tienen ni puta gracia. Y de cordobesas feas.
Bueno, igual tendría que pensarlo un poco, pero sólo porque no conozco a tanta gente. Que son gente, no como yo.


…los americanos…

Los americanos. Prácticamente todas las personas que conozco olvida que cuando dice “americanos” está ignorando a la mayor parte de la población de América. Excepto a los estadounidenses. ¿Cómo podemos tenerlos más en cuenta que a los iberoamericanos, que hablan el mismo idioma que nosotros?

… Todos son iguales. A no ser que nosotros pertenezcamos al grupo. En cualquier caso, todos son gente.

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