lunes, 30 de mayo de 2011

Neo-Cenicienta (2008)

Le dieron ganas de tirar la escoba al suelo y decirle a la madrastra que se la metiera por donde le pareciera mejor, pero no quería darle la satisfacción de poder criticar sus palabras al marcharse.
Se levantó las faldas del polvoriento vestido para salir con paso más firme, dándole un poco de aire teatral a la escena. Le pegó una patada a la puerta sólo para demostrarse sí misma su propia convicción, aunque no quedó muy bien, porque la puerta se abría hacia adentro. Daba igual. Salió a la calle con lo puesto, dispuesta a tomar las riendas de su propia vida, a mantenerse a sí misma, a decidir cómo, cuándo y con quién. Ni Hada Madrina ni hostias, aprendería a cuidarse sola...
-... a no pensar que tengo q decir que sí a todo porque soy tan rematadamente benévola que no me entero de que me tratan con la punta de sus enormes pies.
" Que les den. Que les den a las hermanastras y a su puta madre, que le den al Hada Madrina, que en vez de llegar a solucionarme la vida por amor al arte podría haberme dado caña a tiempo para que aprendiera a defenderme. Que le den a mi padre, que podría haber sido menos calzonazos. Que le den al príncipe, que no me habría mirado a la cara si no llego a estar vestida como una barbie medieval. Y que me den a mí, que llevo toda la vida esperando que alguien solucione mis problemas, sin hacer nada por ellos. Que nos den a todos, pero a mí menos, que ya estoy haciendo algo.
El príncipe llegó a su casa al día siguiente, pero ella ya se había ido. Se pasó dos días llorando y al que hizo tres celebró otro baile para quitarse las penas y se acabó casando con otra con las tetas más grandes y los pies más pequeños. Claro que resultó ser una de las hermanastras, que había contratado a la recién despedida Hada Madrina.